De pequeña siempre soñó con tener un circo en el que amaestrar ladillas.
A pesar de la sinuosidad de sus poros, nunca lo consiguió, tenía el pelo demasiado enmarañado y se desubicaba al pestañear.
Maraña naranja.
A menudo solía olvidar su ropa interior dentro de las zapatillas de casa.
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